Macarena Ferrada, traumatóloga y ex seleccionada nacional de patinaje
“Hay que saber pararse y seguir intentándolo”
Recientemente incorporada a la Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología, la doctora Macarena Ferrada Fuentes (30), traumatóloga infantil de la ciudad de Temuco, además de médico es una destacada deportista en la disciplina de patinaje artístico que incluso la llevó a ser seleccionada nacional representando a nuestro país a nivel sudamericano.
Egresada en 2014 como médico cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Frontera (2008-2014), la doctora Ferrada desarrolló entre 2015 y 2018 su especialidad Ortopedia y Traumatología Infantil en la misma casa de estudio, incorporándose a la SCHOT en abril de este año.
Actualmente desempeña su labor profesional principalmente en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco y en algunas consultas privadas, las cuales combina con actividades docentes.
La doctora Ferrada recuerda que el deporte forma parte de su vida desde pequeña. “Patino desde los siete años, mi sueño era patinar en hielo cuando veía ESPN, pero obviamente acá en Temuco nunca tuve esa posibilidad, por eso me metí a patinaje artístico sobre ruedas, que en realidad es bastante similar”, señala agregando que las primeras competencias fueron en la modalidad individual.
“Individualmente solo participé de competencias nacionales. Nuestra profesora no tuvo la intención de llevarnos a competir fuera, porque ella no tuvo buenas experiencias y además la prioridad era el colegio”, señala.
Años más tarde, ya en la carrera de medicina comenzó a participar en la disciplina a nivel grupal. “Empezamos a enfocarnos en competencias nacionales e internacionales y ahí tuvimos la posibilidad de estar en la selección desde el 2013 al 2017, que fueron justamente los años más pesados de mi carrera porque coincidieron con el proceso de internado y beca”, explica.
Como seleccionada nacional la doctora Ferrada participó de múltiples campeonatos nacionales siendo campeona en la categoría cuartetos los años 2013, 2014 y 2015. Además, representó a Chile en el Open Sudamericano realizado en la ciudad de Santiago Octubre 2013, en la Copa Internacional Santos realizada en Brasil en 2014, en el torneo Sudamericano Encarnación de Paraguay en 2015 y en el Sudamericano Mar del Plata en Argentina en 2017.
Compatibilizar los estudios con el deporte de alto nivel no fue una tarea fácil, recuerda la especialista, mas aun considerando que también fue seleccionada de voleibol durante sus años universitarios.
“Durante la carrera de medicina tuve un poco de suerte en el sentido de tener buenos compañeros que te cambiaban los turnos y que me ayudaron en ese sentido. Muchas veces que me tocaba competir, después tenía examen, entonces había que estudiar antes, en los años del internado fue pesado”, comenta agregando que en ese sentido su equipo fue fundamental.
“Lo compatibilizamos, porque todas estábamos en la universidad, organizamos nuestros tiempos o nos quedábamos más tarde, nos tocó un periodo difícil, en el sentido que necesitábamos una cancha más grande para entrenar, nuestra cancha tiene dimensiones más pequeñas. La cancha que tenemos con dimensiones más grandes en Temuco lamentablemente no es techada, acá llueve todo el invierno e incluso en el verano, entonces eso fue difícil. Llegábamos con nuestras escobas, con las mopas para secar la cancha y después entrenar. Siempre bien motivadas, aunque era difícil no tener un lugar fijo para entrenar, sobre todo cuando estaban las ganas”, afirma.
La doctora Ferrada se mantuvo compitiendo hasta 2017, y aunque lamenta no haber podido obtener una medalla a nivel internacional, pues lo más alto que llegaron a nivel internacional fue un cuarto, la especialista destaca que las ganas de seguir entrenando continúan intactas y no descarta volver a los torneos.
“Ahora recién incluimos a una nueva integrante al grupo, por eso no estamos compitiendo, es difícil afiatar todo el equipo”, comenta agregando que actualmente entrena de lunes a sábado y algunos domingos “hago clases a una niñas que recién están aprendiendo, hijas de funcionarios del hospital, así que al final patino casi todos los días”.
Para la doctora Ferrada el deporte ha sido fuente de múltiples beneficios para su desarrollo profesional.
“Me sirvió en varios sentidos: en el trabajo en equipo, saber afiatarse, trabajar con distintos tipos de personalidades, aprendí mucho de eso. También el hecho de superarse a sí mismo y saber que si las cosas no resultan hay que seguir intentándolo, y que algún día van a resultar o van a ir cada vez mejor”, puntualiza añadiendo que “el patinaje de por sí es un deporte en el que literalmente se aprende a caídas, a porrazos, hay que saber pararse y tratar de seguir intentándolo a pesar de que cueste”.